lunes, 28 de junio de 2010

¡Eso te pasa por friki!


Cuando te conviertes públicamente en una friki de las series ocurren tres cosas bastantes llamativas:

La primera es que tus allegados (y no tan allegados) comienzan a pedirte opinión sobre todo lo que ves y reclaman consejos sobre las series que se deben (o no) ver. A mí, que siempre me ha encantado opinar, esto me parece una consecuencia genial. Disfruto como una enana imaginando cual de las cosillas que veo le pueden gustar a unos y a otros dependiendo de sus personalidades (más que nada porque la mayoría de veces acaban sorprendiéndome y decantándose por series que yo jamás hubiera pensado para ellos – como ejemplo, el de un amigo futbolero y bastante machote que se deleitaba viendo Gossip Girl o el de una compañera de clase bastante cortita que me venía hablando de Lost… ver para creer, vaya-)



La segunda de esas cosas llamativas es, curiosamente, la contraria; todos los que acaban por saber acerca de tu afición creen que recomendarte series por un tubo es su deber en la vida y, es más, si acabas viendo una de esas series se sentirán realizados consigo mismos de una forma casi mística. “Tienes que ver Breaking Bad, Cris… TIENES que ver esa serie”; “Para mí no serás una mujer completa hasta que no te hayas visto las mil (esto de las mil es cosecha propia porque no sé cuantas son…) temporadas de Sexo en NY, Crisis”; “ Buah, tía… como House no hay nada. Tienes que verla” y así un largo etcétera.

Yo pensaba que la cosa era porque mis amigos son así, ¿no? pero cada vez que me paso por el blog Espoiler de Hernan Casciari, me encuentro con decenas de comentarios de ese tipo. Todos nos sentimos realizados cuando tenemos un tema particular para hablar con alguien, supongo, pero esto es de estudio sociológico, de verdad, porque a mí me gusta que me nutran con nuevas cosas por ver, pero es que caigo con casi todo, hago caso, y acabo atosigándome entre tanto capítulo por ver (sí, tengo pendiente Sexo en Nueva York todavía).


Por supuesto, no hay dos sin tres. El tercer factor es el más molesto de todos (aunque lo acepto con gusto, que ya he aprendido a sacarme las castañas del fuego) y es la crítica de aquellas personas que creen que pueden juzgarme por la calidad o la cantidad de las series que veo. ¡Cuando comento que veo Anatomía de Grey me suben el labio! como si de manera instantánea ya no tuviera idea de series y me desacrediara yo sola. "Da igual que te encante Dexter, que me hayas mostrado el camino a seguir con Fringe y que sepas explicarme el final de Lost, si dedicas algo de tu tiempo a ver 90210 no mereces ser tratada con respeto" Como si los amantes del cine de culto no aceptaran que de vez en cuando les viene muy bien utilizar la pantallita (ya sea en la grande o en la de casa para que nadie les vea) como método de distracción y pegarse unas risas con alguna comedia light; pocos lo aceptan, pero claro que lo hacen. A nadie le amarga un dulce.

Todo esto era la introducción para mi próxima entrada, que iba a tratar sobre una de esas recomendaciones sobre la que al final acabé cediendo y que me ha amenizado bastante el mes de junio, pero os hablaré de ella en la siguiente entrada. Hasta entonces, que disfruteis de vuestras series y que os recomienden muchas más ;)

4 comentarios:

Chuzz dijo...

Por favor dime que la recomendación que tanto te ha molado es la que yo creo que es.

Crisis dijo...

No es Breaking Bad :P

LA TETA REINA dijo...

Efectivamente Cris, esas cosas no sólo pasan con las series. Pasa con todo...

Por cierto, vaya peazo tio bueno que has puesto en la priemra foto..., que dientes más bonitos joder!!!!, es de alguna serie?, seguro que si, pero yo no le conozco xq soy analfabeta en lo que a series se refiere...

Anónimo dijo...

Aunque yo no he dicho lo de ser una mujer completa (supongo que será otra fan de la serie) te lo digo again: xDDD tienes que ver Sex and the City. Ji Ji.

Carrie