jueves, 7 de enero de 2010

Glee, revelación de esta temporada


Ya lo decía yo: " no me voy a aventurar a decir que no veré Glee, porque sé que acabaré cayendo". Y aquí estoy, después de haber consumido lo que va de primera temporada en tres días y llorando por las esquinas al pensar que no vuelven a emitir nothing hasta principios de abril.
¿Y a qué se debe el éxito de esta serie? (nominada a 4 globos de oro) pues si soy sincera, no tengo ni la menor idea. Tanto la línea argumental como los personajes se alejan de ser novedosos y el timing del drama sigue las reglas básicas de cualquier serie de este tipo: te doy el caramelito, te lo quito y aguanta comiéndote las uñas lo que te queda de vida. Yo me atrevo a apostar a que este éxito se debe básicamente a dos factores; la calidad de los actores y lo vistoso del programa (lo mío es un tema diferente, a mí me meten dos historias de amor "imposible" y ya caigo rendida... excepto con Pushing Daisies, con la que no aguanté ni 40 minutos).
Hay un detalle de esta serie que me llama bastante la atención y que merece la pena ser destacado, y es que en ella las chicas son todas unas perras y los chicos son unos buenazos. Entiéndase me bien, no es que me caiga mal el reparto femenino al completo, es que en las dos principales historias el rol de chica está desempeñado por una mentirosa que se la está colando al buenazo de su pareja con todas las de la ley, peeeeero! cuidado, porque aún así simpatizas con ellas bastante a menudo... incluso las actrices secundarias son perrillas... como la carismática entrenadora de las cheerios, la cuñada del profesor o la borracha que cantaba genial.
Rachel y Emma ponen el contrapunto a ese toque malvado. La primera tiene sus cosillas... y en ocasiones más de uno le cogería de los hombros para sacudirla, pero es que a la segunda te la llevarías a casa y la adoptarías para siempre. En Glee esto es al revés que en la vida real; las terceras en discordia son los angelitos y las mujeres oficiales merecen humillación pública y soledad absoluta.
Total, que el aspecto musical y puramente corista del espectáculo no sobra, pero queda en segundo plano. Si en la segunda temporada quisieran llamarse "Bowling" y se dedicaran a ser un grupo amante de los bolos, la esencia de la serie seguiría siendo la misma.

1 comentario:

Arual dijo...

No, no, no, la esencia de la serie es la música, esas coreografias maravillosas y esos actores que cantan como los angeles son lo mejor de la serie. Glee triunfa por todo ello, y a mí me enamora de verdad!!
Por cierto me gusta tu blog. Te seguiré leyendo.